viernes, 23 de mayo de 2014

PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL PARA CALI Y ESPACIO PÚBLICO

PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL PARA CALI Y ESPACIO PÚBLICO

Rosalía Correa Young[1]

De la exposición que hizo, en la Pontificia Universidad Javeriana Cali, el Departamento Administrativo de Planeación municipal acerca del modelo del Plan de Ordenamiento Territorial quedaron varias preocupaciones. En primer lugar su contenido: denso y complejo; no propio para todos los públicos si lo que busca el gobierno es participación ciudadana. Participar no solo es asistir o ser invitado a recibir una información; no, participar es deliberar sobre asuntos públicos y significa conocer y comprender, de antemano, los contenidos, los conceptos esenciales sobre los cuales se va a deliberar. Muchos de los asistentes no contábamos con ese bagaje; sin embargo,  en el auditorio estaban presentes líderes de la Comuna 22 quienes de tiempo atrás vienen analizando sus condiciones de vida en una comuna que en principio estaba destinada para la vivienda en combinación con la naturaleza: el rio Pance, los samanes, los guaduales, las acacias, los carboneros, los guayacanes, los cachimbos, etc. etc. y hoy es una aglomeración y una disputa por el espacio, de vehículos de todo tamaño, viviendas,  colegios, edificios, universidades, supermercados, almacenes, restaurantes, que le ganan terreno al derecho que el ciudadano tiene para disfrutar la ciudad: el esparcimiento y el goce de lo que la naturaleza nos regala.

Cali no ha sido planificada para la gente, para los caleños, ni antes ni con  el Plan de Ordenamiento del 2000 y quién sabe si lo será con el Plan de 2014 así pretendan meterle “pueblo” a esta propuesta; en primer lugar, porque como ciudadanos desconocemos nuestros derechos y no nos preocupamos por lo que nos pertenece. En segundo lugar, porque el poder del capital cada vez es más fuerte y no se detiene, independiente de las buenas intenciones y de la filosofía implícita que un Plan de Ordenamiento pueda ofrecer y esto tiene que ver con los tiempos para su reglamentación y con el cómo se le va a ejecutar; asuntos que no parece estar muy delimitados en los documentos a nuestro alcance.   

El proyecto como modelo privilegia la articulación entre lo urbano  lo rural, lo que implica una mejor conectividad entre los corregimientos y la cabecera y protección de las denominadas “áreas protegidas”: Cuenca del Río Cauca, Parque Nacional Farallones, la Reserva Forestal y la conservación de sus recursos hídricos. Privilegia el desarrollo de una agenda regional respaldada por la asociación, con el liderazgo de Cali, de once municipios circunvecinos. Privilegia la competitividad para potenciar el desarrollo económico - léase crecimiento -  porque los indicadores económicos PIB, Inflación, desempleo, ocupación, no nos describen calidad de vida ni desarrollo humano, ni oportunidades para crecer como seres socialmente responsables. Estos se miden por las oportunidades que tiene la gente; los indicadores económicos pueden arrojar buenos resultados que no reflejan el desarrollo humano y menos si este no es incluyente. Por último privilegia la sostenibilidad ambiental y social en la cual me centraré por lo que de este item se desprende el uso del espacio público, el espacio para el disfrute, para el esparcimiento, para las relaciones sociales: para el encuentro y el reconocernos como caleños.

Para Jordi Borja, estudioso de las dinámicas urbanas, en la Universidad de Barcelona y miembro del gobierno de esa ciudad, “el espacio público supone dominio público, uso social colectivo y multifuncionalidad. Se caracteriza físicamente por su accesibilidad, lo que le hace un factor de centralidad. Según el autor, la calidad del espacio público se puede evaluar por la intensidad y la calidad de las relaciones sociales que facilita, por su fuerza mixturante de grupos y comportamientos y por su capacidad de estimular la identificación simbólica, la expresión y la integración culturales”. Es tan importante y necesario hacer referencia al espacio público, porque es un indicador de la crisis de la ciudad, si no se tiene o si es escaso y si se pretende hacer ciudad a través de un Plan de Ordenamiento Territorial, tratar las características que asume o que se proponen es fundamental.

Otro estudioso del espacio público; Fernando Carrión, plantea que “el espacio público es la gran sala de reunión, de encuentro y de tertulia que se constituye en el mayor parlamento cívico, el lugar donde se construye un pensamiento civil. Por eso, la sociedad civil no es un grupo humano, es el espíritu de la ciudad encarnado por los ciudadanos que la habitan”[2]

Según el POT, el espacio público es “el conjunto de espacios y elementos de uso público destinados a la recreación y desarrollo de actividades de tiempo libre y al desplazamiento, encuentro o permanencia de la ciudadanía”. Cali es una de las ciudades de Colombia donde contamos con menos espacio para el encuentro. Según la dirección del POT de Cali, cada caleño tiene 2,46 metros cuadrados de parques o zonas verdes. “Esto es más o menos el área de un baño de una casa de interés social; por su parte, los estándares internacionales indican que cada persona debería contar con un espacio equivalente a la mitad del área de la casa completa, es decir, 15 metros cuadrados”. Con base en esa fuente, las zonas en las que menos espacio público hay por habitante son el Centro de la ciudad, las comunas 18 y 20 (zona de ladera) y las comunas 15 y 16 (al Oriente de la ciudad). En contraste, las áreas en las que más parques, zonas verdes y alamedas hay por persona son: al Sur, las comunas 22 y 17 (Ciudad Jardín, Pance, Caney, Valle del Lili); al Norte, la Comuna 2 y en el Oeste la Comuna 3.[3]

          Con base en los indicadores arriba señalados, en las comunas donde hay hacinamiento y en dónde proliferan los mayores índices de pobreza y violencia, brillan por su ausencia los ecoparques, zonas verdes, parques y en general zonas para la recreación y el esparcimiento. Sin embargo, estos datos no parecen tan evidentes; particularmente en la comuna 22, que como se señaló, la densificación y la aglomeración es la tendencia que no parece detenerse porque la presión de los dueños de la tierra supera las motivaciones de un Plan de Ordenamiento Territorial.

      Entonces, si bien es cierto suena interesante  señalar que “los cinturones ecológicos contaran con franjas de 250 m de ancho y que en 150 sólo se podrá construir equipamiento colectivo como parques educativos, deportivos y recreacionales” este propósito viene desde 1986 y se confirma en 1993[4], pero hasta la fecha no ha pasado nada. Suena también interesante, como propósito, detener el avance de la urbanización sobre la cuenca del río Pance, para fortalecer el ecoparque de Pance, pero ya  los dueños de la tierra se adelantaron con dos planes parciales: el Embudo y Llanos de Pance, los cuales no se van a detener y seguramente habrá unos planes más que aparecerán como un hecho sin opción de reversarlo.

      Otras intenciones que tocan con la presión del capital se ven reflejadas en dos procesos.  La Plaza de Toros y sus terrenos aledaños que según el POT hacen parte de la estructura ecológica complementaria[5], que ha sido declarado bien de Interés Cultural Nacional y que para reducir déficit financieros, la sociedad que administra este espacio público, en varias ocasiones ha presionado para vender los terrenos donde funcionan los parqueaderos para la construcción de un centro comercial[6]. Parece que Cosmocentro, que queda en frente, no es suficiente… El otro proceso tiene que ver con una “afectación del humedal cercano al río Meléndez donde actualmente se desarrolla una construcción”[7]. Para tratar este asunto, la directora del DAGMA fue objeto, recientemente, de control político por parte del Concejo de Cali y sorpresivamente, ella manifestó su extrañeza ante ese hecho. “Mientras el gato duerme, los ratones se pasean”. Mientras el Estado se desentiende, el capital hace de las suyas…

     En cuanto al espacio público asociado al Sistema de Movilidad, a través del subsistema peatonal y de ciclorutas, que también suena interesante: cuál será la estrategia, refiriéndome a la vía Cañasgordas de la Comuna 22, para dotarla de ambos subsistemas, teniendo en cuenta que la población flotante, por sus características, debería contar con esa dotación. Aún más, la población residente también debería disfrutarla (deportistas: trotadores y ciclistas que a diario torean la velocidad de los vehículos que transitan por allí). Ahora bien, la estrategia no sólo sería para dotar la comuna de estos dos subsistemas sino para exigir el desmonte de las barreras arquitectónicas construidas por varios colegios que hay sobre la vía y que impedirían el desarrollo de esos proyectos.

     Finalmente y haciendo referencia a la ausencia de espacio público en otras zonas de la ciudad, precisamente en las zonas más deprimidas, se advierte con preocupación, en primer lugar la ausencia de un policentrismo del espacio público. Las distancias entre sur y norte, entre oriente y occidente generan barreras para el “derecho a la ciudad” y a todas sus ofertas; en este caso, referidas únicamente al espacio público. Recordemos que Borja hace énfasis en que  el espacio público se caracteriza físicamente por su accesibilidad[8], lo que le hace un factor de centralidad. Si bien se pretende como propósito para el esparcimiento el ecoparque de Navarro, la base aérea Marco Fidel Suárez, el cantón militar de Pichincha y el corredor verde; los tres primeros no tienen definida su viabilidad. El primero porque todavía no hay claridad sobre sus condiciones ambientales respecto a la permanencia de gases tóxicos que podrían afectar la salud pública; los otros dos están subordinados a la salida de sus propietarios: Fuerza Aérea y Ejército. Por su parte, el corredor verde cuenta, en su recorrido proyectado, con obstáculos para su realización y estos tienen que ver con una concesión a Ferrocarriles del Pacífico, en el tramo de la Flora hacia Yumbo[9]    

    Entonces, ¿qué va a hacer la administración para recuperar espacios para las zonas deprimidas de la ciudad donde la violencia se ha asentado? El Plan no nos lo dice: intencionalidades, deseos pero nada concreto. Mientras tanto, en gran parte la ciudad sigue funcionando el automóvil privado, la moto, el carro pirata y un sistema de transporte masivo en construcción. Adicionalmente, con centralidades para la recreación y el esparcimiento como los shopping centers jerarquizados socialmente. Este panorama no facilita el progreso de la ciudadanía, tiende a la segmentación, al individualismo y a la exclusión.






[1] Coordinadora Observatorio Cali Visible – Pontificia Universidad Javeriana Cali
[2] Fernando Carrión Mena Arg. La ciudad es el espacio público. En Diario Hoy Mar. 2011. http://works.bepress.com/fernando_carrion/462/   FLACSO, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Sede Ecuador
[3] En Cali por cada ciudadano hay 2,46 metros de espacio público. En: http://www.elpais.com.co/elpais/cali/noticias/cali-por-cada-ciudadano-hay-246-metros-espacio-publico  de Octubre 29 de 2012.
[4] Acuerdos 17 y 17 respectivamente.
[5] Conformada por los elementos del territorio construido y semiconstruido que tienen características y funciones ecológicas y/o ambientales (art. 81 Proyecto POT)
[8]  Borja, Jordi. Ciudadanía y Espacio Público. Revista Ambiente y Desarrollo Septiembre de 1998 VOLXIV-Nº 3, pp. 1 3 - 2 2 (ISSN 0716 - 1476).

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