Diana Marcela Betancourt.
Es profundamente lamentable lo sucedido en Cali, esta semana,
durante el debate a Metrocali. Su presidente, en medio de la plenaria
de control político que le hacia el Concejo, decidió pararse, irse, y
no responder por la problemática de movilidad. En su actuar, el
funcionario desconoció la institucionalidad de la
Corporación Municipal, y por ello, quienes la conforman,
hoy piden su destitución.
Si bien es cierto, se negó la función propia del
Concejo de exigir la rendición de cuentas, y en eso, los concejales tienen razón en defender su atribución. La verdad es que con esta
situación, pierde la ciudad. El
servicio que presta el SITM es deficiente, no solo por la gestión del señor
Luis Fernando Sandoval. El Concejo, los anteriores presidentes de Metrocali, y
en suma, el Municipio de Santiago de Cali, son corresponsables de la falta de
sostenibilidad del proyecto; pues en el diseño no se concibieron los distintos
escenarios que tienen hoy en crisis al MIO y tampoco los ciudadanos hicimos
exigencias durante su planeación y aprobación.
Es un deber de todos como sociedad, velar porque en la toma
de decisiones diaria, se piense en eficiencia, eficacia y
sustentabilidad. Si estos elementos no están presentes en la gestión
pública, y los ciudadanos como actores involucrados en el proceso, no tomamos
una posición activa, muchas de las iniciativas que toma el gobierno, y también la empresa privada, no van a lograr impactos reales y duraderos.
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