Rosalía Correa Young.
Coordinadora –Observatorio Cali Visible
Han transcurrido los primeros cien días de Jorge Iván al frente de la Alcaldía y la ciudadanía continúa a la expectativa. Ha ventilado el debate sobre la redensificación de la ciudad o la incorporación de los ejidos a la zona urbana, teme contratar la ampliación de cobertura educativa y los desayunos escolares, justificado en el pasado reciente y las presiones que aparecen, como la acción preventiva de la Contralora Municipal al contrato con ETB y Emcali para el manejo del recaudo del MÍO, señalándole que “estos servicios no son parte del objeto social de ETB y que llevaría a la contratación de terceros”.
Estas referencias proyectan una impresión de parálisis o un lento despegue, y no hay razones para desaprovechar cien de los 1.400 días que dura su gobierno.
Otro propósito es el Plan de Desarrollo “para vivir la vida dignamente”, para cuya formulación ha propuesto una “Constituyente por Cali”.
Como dinámica suena interesante: la participación de la ciudadanía para decidir el rumbo de la ciudad, pero ello requiere un orientador y en ello hay debilidades.
Su desagregación en estrategias de política, y programas es, hasta ahora, retórica: Cali deliberativa, participativa e incluyente centra su atención en la constituyente.
Cali es nuestra gente demanda un tratamiento más contundente. Desconoce políticas y programas que o no se han puesto en marcha o deben continuar. El POT es una de ellas. Se aprobó en el 2000 y apenas con Apolinar se reglamentaron algunos apartes. La obra de la Manzana del Saber y el parque central Alfredo Carvajal, en frente de Cosmocentro no aparecen, mientras está proponiendo el museo de la salsa, cuatro ciudadelas educativas, el MÍO Cable y el Tren de Cercanías. Los cuatro son macroproyectos y Cali no tiene plata porque las vigencias futuras están comprometidas hasta el 2014 con el MÍO.
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