jueves, 11 de agosto de 2011

2010 - UNA TARDE EN EL HONORABLE CONCEJO DE CALI

Rosalía Correa Young.
Coordinadora – Observatorio Cali Visible

Es necesario que los caleños asistamos, de vez en cuando, a sesiones del Concejo. Si lo hiciéramos, podríamos contribuir a que los Honorables Concejales, por pena con nosotros, cambien ciertas costumbres, que desdicen mucho de su urbanidad. Por supuesto no todos. Pero como una golondrina no hace verano, todos terminan bajo la misma cobija.

Por mi trabajo en el Observatorio Cali Visible, de la Pontificia Universidad Javeriana, con alguna periodicidad asisto; cuando no, obtengo información de mis asistentes y me alarma sobremanera la manera como trabajan los concejales. Cuando hacen Control Político, mientras él o la funcionaria citada hace su exposición, el recinto del Concejo es una total galería: hay concejales que conversan entre sí y con su equipo de trabajo, otros dan la espalda a la exposición, conversan por celular, llegan tarde, se paran de su puesto hacia otros puestos, comen, como si la exposición no fuera para ellos o estuvieran en un encuentro social. Incluso, los concejales citantes parecen ausentes. Me pregunto si ese debe ser el tratamiento para un funcionario que tiene una respetabilidad y que ha trabajado para cumplirles y llevarles un informe acerca de su gestión.

Los ciudadanos debemos visitar el Concejo. No para ser convidados de piedra o para aplaudir al concejal que más duro hable o exija ciertas acciones, porque esto raya en el populismo. No... Para enterarse cómo trabajan, formarse un criterio objetivo y dar a conocer a otros, que no asisten, qué sucede allí. Se supone que el Concejo está conformado por los mejores; es un órgano de representación y por la dignidad que sus integrantes ostentan deben cumplir un papel pedagógico. Pero la verdad es que con la indisciplina que manejan, poca credibilidad y confianza en sus decisiones podemos tener. Ahora, ¿qué papel juega la mesa directiva para poner orden? La verdad es que mi impresión, cada vez que asisto y advierto ese comportamiento es que estoy frente a un salón de clase, cuando el maestro no ha llegado o cuando no hay un maestro con liderazgo.

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