Rosalía Correa Young.
Coordinadora – Observatorio Cali Visible
Comparto el malestar con la notificación para pagar la contribución que financiará las 21 megaobras en Cali. La ciudadanía tiene la razón. La Administración falló en la estrategia comunicativa; máxime si no hay claridad para acceder a otros medios (Internet). Adicionalmente, porque si se tiene, es necesario conocer el procedimiento. He intentado hacerlo, pero confunde porque contiene una serie de números que no corresponden al Código Único del Predio. ¿Cuál es ese código que pide la página de internet habilitada? Está en el recibo de pago del Impuesto Predial.
Lo que no comparto es que se aprovechen para “pescar en río revuelto” y ponerse en contravía de estas obras que son para la ciudad y no de la Administración Ospina. Obras que buscan romper con el legado de gobernantes que dejaron la ciudad endeudada en $700.000 millones y de políticos que quebraron a Emcali y Emsirva.
Debido a esto y a mucho más, Cali no cuenta con recursos de libre inversión para construir obras de impacto. Por eso, el Alcalde tiene que recurrir a la Valorización. Nos está diciendo: “démonos la pela” a sabiendas de lo impopular que puede ser. Comparto el rechazo visceral a la improvisación administrativa, pero más aún, la indiferencia y pasividad para permitir gobiernos irresponsables.
Nuestra actitud debe ser la de documentarnos acerca de las obras y cooperar como veedores para que las obras salgan bien. Oponiéndonos, manipulando la ciudadanía y fomentando la animadversión, no hacemos civismo, ese de los años 70, que evocan con nostalgia muchos de los que hoy se oponen a las 21 megaobras.
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